En cuanto llegáis al despacho de la doctora Lago veis que, efectivamente, en su interior, la cámara de manipulación de virus y substancias peligrosas ha sido cerrada y que no hay rastro de la doctora en el despacho. Ella tiene que estar dentro de la cámara, encerrada por riesgo de contagio. Necesitáis encontrar una manera de comunicaros con la Dra. Lago. En ese momento os comunican que el habitáculo aislado donde se podría encontrar la doctora tiene una cámara, pero sólo se puede ver desde el ordenador que está en su despacho. El problema es que necesitáis su contraseña para acceder. Seguramente, la doctora la tiene apuntada en algún lado, en sus notas o en los papeles de su escritorio.