Buscar pistas, darles sentido y resolver el problema. Parece sencillo, pero muchos escape rooms aumentan la dificultad para exprimir al máximo las capacidades de los usuarios. A fin de cuentas, son juegos de estrategia, lógica y habilidad diseñados específicamente para hacernos pensar mientras vivimos una aventura temática en equipo. Así, los grupos de amigos deberán organizarse de la mejor forma posible para poder llegar al final del juego en el tiempo determinado que, muchas veces, se hace demasiado corto. Pero, ¿qué hay que hacer exactamente para ganar un escape room?
Organización del equipo
La mala o nula comunicación es una de las principales razones por las que los equipos pierden. No todos los miembros del grupo son capaces de detectar todas las pistas o resolver los acertijos, es decir, es imposible que a una sola persona se le den bien todas las disciplinas necesarias para resolver el juego. Mantener una comunicación fluida es fundamental para ir descubriendo poco a poco lo que la aventura nos ofrece, sin embargo, se debe realizar en un término medio: ni muy poco, por si se pierde información importante, ni de forma excesiva, ya que el ruido puede ser molesto a la hora de concentrarnos.
Es imprescindible que todo el grupo sepa precisamente en el momento en el que ocurre el hallazgo de una pista nueva o alguna solución. La confianza en este punto también juega un papel relevante. Cuanta más haya, más facilidades habrá para hablar entre todos de cada paso que se esté dando. Sin embargo, puede convertirse en un arma de doble filo y puede que hablen todos a la vez y el resultado sea pésimo al no enteraros de nada.
Como en todas las amistades, los roles de cada persona varían y esto es algo esencial que se deberá aprovechar en el juego. Es decir, cada uno tiene sus propias habilidades, por ejemplo, ser bueno con los números puede hacer que resuelvas enigmas con operaciones matemáticas. Conocer los puntos débiles y fuertes de cada jugador debe establecerse antes de iniciar la aventura para que cada uno sea consciente del papel que tiene en este trabajo en equipo. Es posible que en situaciones de estrés gran parte del séquito esté perdido y no sepa qué hacer, por eso es recomendable que se nombre a un líder o portavoz que lleve la voz cantante y que guie al resto en momentos complicados.
Máxima atención a lo que sucede
Encontrar pistas suele ser uno de los mejores momentos de los escape rooms. La adrenalina se hace con el control del equipo y parece que la solución está a la vuelta de la esquina siempre. No obstante, para continuar es necesario no perder la concentración por si se complica el juego y tener localizadas todas las pistas que vayamos obteniendo, de tal forma que entre todos construyamos una visión más clara de lo que se tiene y lo que falta.
La tendencia que tienen algunos usuarios es no parar en toda la partida. La presión por ir recopilando pistas e ir dando mínimos pasos a veces actúa de barrera a la hora de resolver los rompecabezas. También los nervios, las ganas de ganar o la tensión del momento son debilidades que pueden hacernos perder la partida. Es por ello que, a pesar de que el cronómetro esté en nuestra contra en algún momento, debemos parar unos minutos a pensar e intentar que entre todos las cosas fluyan con calma para dar con la solución.
Buscar códigos comunes
A pesar de todo, los escape rooms están hechos para que una persona promedia pueda ser capaz de resolverlo y no necesitan ningún conocimiento específico para llegar al final. Es por ello por lo que a lo largo del juego pueden aparecer pistas que ya conozcamos: colores llamativos, formas comunes o incluso algo en código Morse o en alfabeto braille. En este caso, en los escape rooms virtuales estarás solo a un clic de buscar en Google y resolver el acertijo.
Dependiendo de la temática, muchos juegos incluyen mapas con coordenadas o textos en los que habrá que fijarse en las palabras destacadas en negrita, las que empiezan en mayúscula, la primera de cada línea, etc. Cualquier coincidencia que exista entre los vocablos del documento pueden formar una frase o darnos alguna idea de por dónde debemos seguir.
Otra de los pasos que hay que evitar en la medida de lo posible es la de jugar siempre al azar. No porque una pista nos haya salido bien a la primera van a funcionar todas así, por lo que es necesario saber que la información está escondida y que solo es cuestión de buscarla.
Al final, el objetivo principal de un juego de este tipo es la diversión del grupo. Todo lo demás está orientado a cumplirlo. El entretenimiento que ofrecen los escape rooms ayudará a que los usuarios no se pongan nerviosos y puedan permanecer tranquilos el máximo tiempo posible, organizándose y coordinándose para llegar todos juntos a resolver el enigma final.